miércoles, 18 de junio de 2014

Johannes Kepler

JOHANNES KEPLER


Astrónomo, matemático y físico alemán. Hijo de un mercenario -que sirvió por dinero en las huestes del duque de Alba y desapareció en el exilio en 1589- y de una madre sospechosa de practicar la brujería, Johannes Kepler superó las secuelas de una infancia desgraciada y sórdida merced a su tenacidad e inteligencia.
Tras estudiar en los seminarios de Adelberg y Maulbronn, Kepler ingresó en la Universidad de Tubinga (1588), donde cursó los estudios de teología y fue también discípulo del copernicano Michael Mästlin. En 1594, sin embargo, interrumpió su carrera teológica al aceptar una plaza como profesor de matemáticas en el seminario protestante de Graz.
Cuatro años más tarde, unos meses después de contraer un matrimonio de conveniencia, el edicto del archiduque Fernando contra los maestros protestantes le obligó a abandonar Austria y en 1600 se trasladó a Praga invitado por Tycho Brahe. Cuando éste murió repentinamente al año siguiente, Kepler lo sustituyó como matemático imperial de Rodolfo II, con el encargo de acabar las tablas astronómicas iniciadas por Brahe y en calidad de consejero astrológico, función a la que recurrió con frecuencia para ganarse la vida.
En 1611 fallecieron su esposa y uno de sus tres hijos; poco tiempo después, tras el óbito del emperador y la subida al trono de su hermano Matías, fue nombrado profesor de matemáticas en Linz. Allí residió Kepler hasta que, en 1626, las dificultades económicas y el clima de inestabilidad originado por la guerra de los Treinta Años lo llevaron a Ulm, donde supervisó la impresión de las Tablas rudolfinas, iniciadas por Brahe y completadas en 1624 por él mismo utilizando las leyes relativas a los movimientos planetarios que aquél estableció.
En 1628 pasó al servicio de A. von Wallenstein, en Sagan (Silesia), quien le prometió, en vano, resarcirle de la deuda contraída con él por la Corona a lo largo de los años. Un mes antes de morir, víctima de la fiebre, Kepler había abandonado Silesia en busca de un nuevo empleo.

PENSAMIENTO DE JOHANNES KEPLER

MUNDO Y NATURALEZA:

LOS MOVIMIENTOS CELESTES
Su importancia radica en que, habiendo aceptado la teoría de COPÉRNICO, consigue formular leyes que enuncian el movimiento de los planetas. Alemán que sucedió al astrónomo y matemático Tycho Brahe.
Pretendió encontrar las relaciones armónicas, matemáticas, que presidían los movimientos de los planetas. Esa búsqueda exigía al mismo tiempo encontrar una explicación para el movimiento y una justificación para su mantenimiento en las órbitas. Para ello se apoyó el Gilbert que explicaba los fenómenos magnéticos y sus efectos en las relaciones entre los objetos, eso le permitió introducir una fuerza magnética como motor de los movimientos celestes. Sin embargo, cree en otra fuerza venida del sol, por lo que cada astro tenía dos fuerzas, la suya propia y la proveniente del sol. Todo esto lo llevó a formular las tres Leyes de Kepler. Para descubrirlas utilizó el método, ensayo – error, proponiendo cálculos que eran sometidos a contrastación empírica, o sea a observación y comprobación por medio de las Tablas astronómicas de Tycho Brahe.

CONOCIMIENTO:

LAS LEYES DE KEPLER
Tradicionalmente, las leyes de Kepler se ordenan según se indica a continuación, sin embargo, descubrió la segunda ley en primer lugar, la primera después y la tercera diez años más tarde.
Primera ley: Los planetas se mueven siguiendo una elipse, siendo uno de los focos el sol. Segunda ley: Cada planeta se mueve no uniformemente, sino que la línea que une su centro con el sol barre áreas iguales en tiempos iguales. Tercera ley: Los cuadrados de los períodos de revolución de dos planetas cualesquiera son proporcionales a los cubos de sus distancias medias al sol.
La segunda ley de Kepler explica la diferencia de velocidades observable en el movimiento de traslación de los planetas por las diferencias de flujo recibido del Sol. La primera ley es consecuencia de la anterior y obliga a aceptar las órbitas elípticas de los planetas.

Con sus dos primeras leyes, Kepler dinamitó los cimientos de la astronomía clásica: el movimiento circular y uniforme de los cuerpos celestes era sustituido ahora por órbitas elípticas y un movimiento acelerado. La tercera ley enuncia la relación armónica existente entre los planetas y muestra que hay una ley que rige todo el orden celeste, que existe un sistema solar. Las dos primeras leyes se expusieron en Astromia Nova (1609) y la tercera en Harmonices Mundi (1619).

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